Sistema de salud en crisis y talento humano al límite

La crisis actual en el sistema de salud colombiano denota muchos años de historia, pero su recrudecimiento en los últimos 3 años tiene un impacto frontal y devastador frente a los médicos y profesionales de la salud: se mide en cifras económicas y calidad de vida.
El incremento año tras año de la deuda de honorarios, que asciende actualmente a más 6 mil millones de pesos; el retraso injustificado en los pagos teniendo cartera vencida de 60 días hasta 180 días, y el nulo o mínimo incremento de los honorarios acorde con el encarecimiento anual de vida (con reporte de núcleos de trabajo donde años tras año sus honorarios disminuyen, contrario a lo que sucede con la canasta familiar). Esto además del tipo de contratación: aquí más del 75% del talento humano en salud tiene contrato por prestación de servicios, lo que refleja la falta de estabilidad laboral y expone las desventajas actuales de ser trabajador sanitario en Colombia. Y toda esta problemática potenciada por el cierre de servicios de atención de alto valor social (como obstetricia, neonatos, urgencias y unidades de cuidado intensivo pediátrico) que asociados al despido de talento humano en salud, al desabastecimiento, escasez de insumos, servicios y medicamentos, hacen que la atención en salud sea un bien social en riesgo y que los derechos de trabajadores y pacientes sean vulnerados día tras día.
En adición a esta problemática nacional están las largas horas de trabajo en ámbitos estresantes y extenuantes; atención cronometrada, falta de áreas de descanso, exceso de pacientes y falta de personal para la atención segura y humanizada. Estas condiciones sociales inseguras de atención para los trabajadores de la salud se expresan, según cifras, en deterioro de la salud mental de los profesionales sanitarios por sobrecarga laboral, derivada del aumento en horas de trabajo y múltiples lugares de trabajo con el fin de obtener un ingreso mensual que satisfaga las necesidades vitales y sociales mínimas. Tales conductas buscan hacerle frente a la deuda que se acumula, y administrativamente parece tener venia del estado porque existen exigencias para el trabajador (horarios; entrenamiento, educación continuada, pago de seguridad social), pero caso contrario sucede con los prestadores que no tienen ninguna obligatoriedad para el pago oportuno y justo, el trabajo decente y digno (siendo estos derechos promovidos y defendidos por la Organización Internacional del Trabajo). Es por ello que los profesionales de salud siguen aportando cifras cada vez más altas de Síndrome de Burnout (agotamiento), depresión y enfermedad metal, farmacodependencia y suicidio, este último con cifras alarmantes, reportándose para el año 2024 un aumento 25% respecto al año anterior.
También es necesario divulgar que el ambiente del desarrollo de la profesión plantea un ambiente hostil para el ejercicio para el Talento Humano en Salud. De acuerdo a cifras de Cruz Roja internacional, Ministerio de Salud y Protección social, la misión medica es atacada y/o vulnerada cada 3 minutos, estos actos van desde agresiones verbales y/o físicas, amenazas de muerte, hasta atentados a la vida con artefactos explosivos, fuego cruzado, intimidación con armas, secuestro y muerte de personal sanitario en misión médica. Estas situaciones han sido perpetuadas por la violencia, cultura del narcotráfico y falta de políticas de seguridad estatal, situación que actualmente vive un recrudecimiento alarmante en nuestro país.
Desde el liderazgo de las organizaciones, agremiaciones médicas y de los profesionales de salud, donde la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación tiene participación, como lo son Assosalud, Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, Federación Sindicatos de Anestesiología, Acuerdos Fundamentales, Mesa Nacional de Crisis de la Salud, hemos manifestado la situación de crisis del sistema de salud en todos los escenarios dispuestos: Congreso de la República, audiencias públicas, escenarios gremiales, académicos, medios de comunicación. Así mismo, en manifestaciones de hecho, hemos logrado alzar la voz del talento humano en salud y proponer acciones concretas ante la crisis, como la presentación y radicación de la propuesta legislativa Proyecto de Ley 135, suscrito por el Colectivo de Acuerdos Fundamentales, con el objetivo de complementar y desarrollar la Ley Estatutaria en Salud 1751 de 2015. También se han propuesto medidas de acción que salvaguarden el adecuado desarrollo de la profesión y atención segura en salud. Sin embargo, estas medidas se muestran insuficientes ante el gobierno nacional, que no muestra voluntad de concertación y que además no asume la responsabilidad de la crisis explicita agravada por todas las intervenciones desarrolladas. Ahora más de 29 millones de colombianos están a la deriva: vivimos sobresaturación de decretos, múltiples reformas que no solucionan la crisis actual, corrupción de alto nivel e ineficiencia de los entes reguladores.
Pero este escenario de incertidumbre y desconfianza nos impone mayores retos y desafíos, que nos motivan a seguir adelante en la representación no solo de los más de 3100 anestesiólogos afiliados a la Sociedad Colombiana de anestesiología y reanimación SCARE. También de los más de 64.000 profesionales de talento y humano en salud afiliados a través del Fepasde, porque somos una población de más de 1.400.000 trabajadores de la salud, que nos caracteriza la resiliencia y la empatía; que a pesar de las adversidades, no hemos abandono nuestro lugar en esta misión vocacional; que seguimos firmes en el compromiso de la atención en salud segura y humanizada. Somos profesionales y trabajadores con derecho a tener condiciones dignas de trabajo, que inicia desde el autorespeto y dignificación de la profesión en el núcleo de trabajo, en la comunidad que atendemos y representamos, en la capacitación y liderazgo local, regional y nacional. Cada espacio de escucha y gestión debe ser ocupado por todos los integrantes del sistema, ciudadanos, pacientes, profesionales de las distintas áreas, talento humano en salud, gestores, administradores, porque históricamente hemos pasado de ser espectadores a ser actores esenciales del sistema. Porque cuando se construye en lo colectivo, trascendemos y podemos transformar nuestra comunidad, nuestro país, la motivación es a unirnos, a aportar desde lo individual y grupal, porque unidos somos más, y desde SCARE continuaremos con nuestro propósito: cuidar a los que cuidan.
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